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  • 17. Ley del equilibrio y la polaridad:

    Nuestra existencia esta polarizada y nuestra misión es hallar el correcto equilibrio. Si nos alejamos de este centro y nos acercamos a los extremos, la vida nos compensara con lo contrario. Una vida de riqueza, concluirá con otra de pobreza, un verdugo se convertirá en victima como consecuencia. Vivir de forma equilibrada evitara que seamos absorbidos por la polaridad y tengamos que compensar nuestra próxima existencia.

    Experimentamos un aspecto de la vida y después su opuesto. Cuanto más deseamos explorar un extremo, más nos alejamos del centro. Si hemos tenido vidas de riquezas, necesitamos experimentar lo opuesto, la pobreza. Si nos convertimos en un tirano, nuestra alma para compensarlo querrá ser víctima. Todos tenemos asuntos pendientes y nuestro objetivo es integrar las polaridades para vivir en equilibrio. El equilibrio consiste en tener el corazón abierto y un carácter moderado. La energía masculina es ser racional, lógico, agresivo, mientras que la femenina es ser creativo, intuitivo, pasivo. Nuestro objetivo es equilibrarlas para escuchar y actuar de acuerdo a nuestra intuición. Podemos descansar y jugar, dar y recibir, … Siempre andamos buscando el equilibrio… Nuestro objetivo es equilibrar todos los aspectos de nuestra vida.

    18. Ley del karma:

    Toda acción tiene una consecuencia o reacción. Tener presente esta máxima provocara que meditemos todas nuestras acciones y asumamos sus frutos. Todo lo que das tarde o temprano lo recibes. Sea de pensamiento o acción, todo lo que hagamos será sumado y cotejado. Si das amor recibes amor, pero si das odio no esperes otra cosa. Nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos, son bumeranes que una vez lanzados volverán a ti irremediablemente y deberás purgar en tu próxima existencia.

    El odio y la cólera son energías perjudiciales y si la emites, volverá de una forma u otra. La ley del karma dice que tal como das, recibes. Los malos pensamientos y acciones vuelven a ti. También la amabilidad, la atención, el amor, la alegría, la generosidad. De la forma en que tú des, recibirás. El karma queda registrado en el libro de contabilidad, los pensamientos, emociones, palabras y obras resultantes del amor, se anotan en la columna del haber y los negativos en el debe. El Universo repasa las cuentas. Las personas que no son conscientes del karma lo llaman destino o suerte. Siempre resulta prudente tener un saldo positivo en el banco del karma, para poder sacar en momentos de necesidad. Piensa, habla y actúa en nombre del bien y serás una persona afortunada. Tu familia es tu karma. Tu alma la escoge y pueden ser consecuencia de situaciones no resueltas en vidas anteriores para tener otra oportunidad y resolver los problemas. Te ofrecen las lecciones que tu alma necesita aprender. Es nuestro yo superior quien escoge a nuestra familia, mientras que los amigos los escogemos de acuerdo con nuestra personalidad. Al amar y respetar a los demás, sanamos las relaciones kármicas. Si tienes un problema con alguien, envíale buenos deseos mentalmente. Eso empezará a sanar el karma. Las estructuras mentales que traes a esta vida también forman parte de tu karma. Si tu mente te dice que no eres lo suficientemente bueno, atraerás cosas y personas que te harán sentir inferior. Sólo cargas con el peso del karma hasta que has aprendido la lección. La ignorancia es la que te mantiene sometido. Libérate ahora mediante tu concienciación y tu amor. Las creencias positivas crean buen karma. Tú eres el responsable de tu propia estructura mental, así que cambia los programas si no te sirven. Tú eres el único que lo puede hacer. Si tus creencias no te hacen feliz, entonces cámbialas. Tu salud es tu karma. Antes de encarnarte escogiste a tu familia, los retos que te ibas a encontrar y tu misión, escogiste tu cuerpo y tu predisposición genética. Las opciones que se abren frente a ti en cada momento respecto al pensamiento y a la emoción, afectan a tu vitalidad y a tu salud. Esto es karma. Jesucristo describió el karma diciendo “tal como siembres, recogerás”. Si alguien acumula deudas kármicas en esta vida robando, es un acto de compasión y de sentido común de la sociedad, detener a esa persona, para que no acumule más deudas. La hoja de balance de tu karma, lleva el nombre de registro akásico. Tu archivo personal está custodiado por tu ángel de la guarda que te acompaña a lo largo de tus vidas. Los Señores del Karma, están a cargo de los registros akásicos, y cuando se te ofrece la posibilidad de encarnarte, ellos ayudan a tu alma a tomar la decisión de tus padres, y lo que deseas aprender y conseguir en esa vida. El karma se lleva de una vida a otra. Puede que no experimentemos las consecuencias de nuestras acciones hasta una vida posterior, por eso a veces no hay una correlación visible entre una acción y su consecuencia. Cuanto más elevada es nuestra vibración, más rápidamente regresa el karma a nosotros. A través de la meditación, puedes acceder a tu archivo akásico, a la hoja de balance de tus deudas y créditos. Recuerda que recoges lo que siembras. Si deseas disfrutar de un futuro seguro salda tus deudas espirituales y acumula crédito en el banco del Universo.

    19. Ley de la Reencarnación:

    Nada se destruye si no que se transforma. Volveremos a encarnar hasta que somos nuestros propios maestros. La reencarnación está sujeta a la experimentación y el crecimiento espiritual, este comúnmente queda inconcluso tras la muerte y damos un repaso a nuestra existencia y nos quedamos para la próxima aquello que nos quedó por aprender y por saldar. Liquidar estas dos cuentas harán que tu evolución espiritual quede completa y salgas de esta rueda.

    Encarnación del latín, caro, carnis, es cuando tu espíritu entra en un cuerpo físico. La reencarnación es cuando regresa más de una vez, si queda algo incompleto al final de una vida, a tu alma se le permite regresar para resolverlo. Si haces daño a alguien, tu alma deseará enmendarlo volviendo para ayudarle en otra vida. Familias enteras regresan para intentar solucionar cosas. Como es abajo, así es arriba. Si cometemos los mismos errores, nos vemos atrapados en el ciclo de la reencarnación. En la Tierra, las lecciones se presentan en forma de experiencia, y los recreos o vacaciones se conocen como muerte. Revisamos nuestra vida cuando morimos con la ayuda de nuestros guías, ángeles y decidimos que lecciones deseamos mejorar. Los seres humanos más jóvenes experimentan vidas bajo todo tipo de religión, como soldados, todas las polaridades… Los registros akásicos son las hojas de balance de nuestras vidas. Lo bueno y lo malo pasa a la columna del haber y del debe. En vidas futuras podremos sacar provecho de nuestro haber. Reencarnamos para saldar deudas, hacernos más fuertes, aprender sobre emociones, sexualidad y otras lecciones, para ayudar, enseñar, ser una luz o servir en el planeta. La Tierra es una institución educativa muy apreciada en el Universo. Todas las lecciones de este plano están relacionadas con el amor. Es el planeta del libre albedrío. Cada pensamiento, palabra o acción, se manifiesta en tu vida. Tus estructuras mentales y emocionales construyen tu cuerpo físico y te brindan nuevas experiencias. Cuando adquieres la maestría en el plano terrenal, tu alma sirve en otros universos más elevados. En estos momentos la Tierra está avanzando hacia una dimensión más elevada. Las almas “bebe” cogen vidas muy simples en sus primeras encarnaciones. Las almas “niño pequeño” se aferran a religiones fundamentalistas y se crean mucho karma. Las almas “adolescentes” a veces causan estragos, suelen utilizar mal su energía y causan deudas kármicas. Las almas “mediana edad”, se están volviendo sabias y comienzan a saldar deudas, suelen tener vidas difíciles. Las almas “viejas” son sabias y serenas. El emperador romano Constantino el Grande junto con su madre Helena, hizo borrar las referencias de la reencarnación del Nuevo Testamento en el año 325 DC. En el año 553 el emperador Justiniano en Constantinopla declaró que la reencarnación era una herejía, temiendo que debilitase el poder de la Iglesia. No debemos juzgar lo que una persona hace, hay que entender que está aprendiendo durante la travesía. Solo las almas jóvenes hacen daño, y hay que tener compasión por ellas, pues no saben lo que hacen, y pagarán por lo que hacen. La mejor forma de ayudar es demostrar con el ejemplo que existen modos de vida alternativos. En estos momentos se están reencarnando muchos seres de las estrellas para ayudarnos con el cambio de consciencia que está teniendo lugar, ellos proceden de otros universos o planetas, muchos proceden de las Pléyades, de Saturno, Marte, Júpiter, Venus, Andrómeda y de otras galaxias o universos lejanos. Son almas evolucionadas que vienen a ayudar, también experimentan y generan karma y desean volver para saldarlo. Estos seres, tienen la sensación de ser diferentes y de no pertenecer a este mundo, no comprenden esta locura. Ascensión es elevar tu vibración espiritual a un nivel tal que ya no necesitas encarnarte más cuando has saldado tus deudas kármicas aprendiendo las lecciones de la Tierra y abriendo la mente y el corazón. Regresas a la Tierra hasta que no adquieres maestría sobre las leyes espirituales.

    20. Ley de la responsabilidad:

    Asumir nuestra maestría, es asumir nuestra responsabilidad. Ser responsables de nosotros mismos y de nuestros actos, es el primer paso para ser tu propio maestro. El universo nos da responsabilidades y nos permite manejarlas y comprobar nuestra propia maestría. Tener personas a nuestro cargo, como hijos o enfermos decidirá la medida en que tu responsabilidad habla por ti. El conocimiento y el poder que contrae tú responsabilidad tras un uso correcto de tu sabiduría en tus actos, empleadas en un beneficio común, serán premiadas y conseguirás saldar importantes deudas karmicas.

    Es la capacidad de responder adecuadamente a una persona o situación.  El Universo nos manda retos para comprobar cómo respondemos. Cuando las fuerzas superiores creen que puedes realizar una tarea, dejarán la responsabilidad en tus manos. Tenemos momentos en los que asumimos responsabilidades espirituales: al traer un hijo tu Yo superior y el del niño, se ponen de acuerdo. Tu evolución espiritual depende de cómo respondes a ello. Cuando tienes un niño con discapacidad, te ofrece más retos y oportunidades de crecimiento. Si eres responsable del bienestar de muchos, tu progreso espiritual puede ser beneficiado. Los retos y las responsabilidades son un honor, indican que estás preparado espiritualmente para cosas más importantes.  Las cosas y las personas que están a tu cuidado son una responsabilidad y si no respondes al desafío, te las quitarán. Todo es un préstamo que se te ha dado. Tu responsabilidad es cuidar de ellos. No puedes asumir grandes responsabilidades si no te ocupas de tus necesidades. Tus emociones y tu espíritu necesitan cuidados. Tu cuerpo es un templo que tiene que ser atendido. Cuídate tu primero y entonces podrás cuidar a los demás. Solo eres responsable de tus hijos pequeños, de tus sentimientos y de tu destino y no el llevar la carga de otros porque obstaculizas su crecimiento. Tu responsabilidad es apoyar, respaldar y animar a los demás para que asuman sus propias responsabilidades. Si tienes problemas con tu hijo, cambia tu conducta y el hará lo mismo. Tú no tienes que cargar con la responsabilidad de los deberes de tus hijos, si no los hace, deja que se enfrente a las consecuencias. Invoca a los ángeles y maestros ascendidos para que transmuten la energía. Cuando llevas las cargas de otra persona, pones obstáculos a su crecimiento y a que pueda aprender sus lecciones de vida. Retrasamos su evolución y la del planeta. La mayoría de nosotros proyectamos nuestros sentimientos sobre los demás. Soy responsable de mí y de mi camino, y deja que los demás lo sean de los suyos. Tenemos que asumir toda la responsabilidad de todo lo que sucede en la vida, por cada sentimiento que tenemos, cada emoción y cada pensamiento. Cuando asumes la responsabilidad de tu propia vida, te conviertes en maestro.